Seducir es un arte reflexivo y sólo tú eres el artista que puede dar paso a esa creación.
Cuando conocí a David, descubrí en él un seductor nato.Y sé que él no buscaba seducirme, sé que yo no buscaba ser seducido, él, tan solo, y nada menos, se limitaba a ejercer su propia autoseducción. Se gustaba y eso impregnaba sus actos y palabras.
Y es que todo proceso de seducción lleva implícita una componente de autoseducción, de autodescubrimiento, de íntimo reconocimiento, de permiso personal, sin los cuales, la seducción entendida en el sentido que normalmente se le otorga, no sólo no resulta, sino que, a mi entender, ni siquiera existe.
He leído reflexiones sobre el arte de seducir, de generar empatía, de establecer ese caudal de comunicación fluida que posibilitara el encuentro entre lo que la otra persona demanda y lo que tú ofertas, en las cuales esta componente que planteo parecía olvidada. No digo que no hubiera en todas ellas interesantes aproximaciones y aportaciones jugosas, pero creo que sin esta pieza, la estructura no se sostiene.
El arte de la seducción, como he querido bautizarlo más arriba, precisa de la comprensión de dónde me encuentro, dónde quiero llegar, qué me estoy diciendo en el proceso y que puedo generar en dicho proceso que aporte un valor añadido para mí, para la otra persona y, en el camino, para el juego que ambos podemos concedernos jugar. Y es que sin juego, no hay diversión. Si no juegas, no te concedes extraer el jugo que esta experiencia te brinda.
Cuando tomas la libre decisión de explorar tu capacidad de seducción, muy distinta a la imposición de “tener que seducir”, es interesante que tengas en cuenta la presencia de elementos de carácter emocional, de diálogo interno, de creencias que están presentes en ti y que, si son ignorados, pueden conducirte a un resultado poco apetecible. Me resigno a hablar de fracaso puesto que creo que, en realidad, de todo empeño sólo se obtienen resultados y el hecho de que éstos se conviertan en fracasos o éxitos no es más que una percepción subjetiva.
Entre los muchos elementos que están presentes, quiero centrarme especialmente en dos, que si son convenientemente contemplados y tratados, pueden ser garantía de éxito cuando te acerques a un chico, cuando te acerques a una chica, con la intención de ofrecer lo mejor de ti para conceder explorar y disfrutar lo mejor de ambos. Estos elementos son los miedos y las necesidades básicas.
Los miedos básicos los podríamos resumir en: “miedo a ser golpead@” (también a golpear), “miedo a perder” y “miedo a estar sol@”. Fíjate que cada uno de estos miedos tienes una componente de aportación vital en el proceso de la seducción: Si no obtienes el resultado deseado con ese chico, con esa chica, ¿te sientes golpead@?, ¿pierdes algo?, ¿pasas a estar más sol@?. Es curioso como los tres miedos básicos del ser humano se dan cita en el arte de la seducción y como por tanto se convierten en estímulo/freno, según tus creencias o expectativas, que pueden resultar determinantes en el resultado obtenido.
Por otro lado, otro elemento necesario para entender la seducción, es el hecho de la existencia de unas necesidades básicas en todo ser humano que nos habitan desde la infancia y que se convierten en compañeras (más o menos restrictivas) de todos nuestros procesos vitales. Estas necesidades básicas son: protección, nutrición, reconocimiento y orden/guía. ¿Te sientes más protegido si de algún modo la seducción se pone de tu parte?, ¿qué grado de satisfacción/nutrición alcanzas cuando tus artes seductoras te conducen al resultado buscado?, ¿es mayor el grado de reconocimiento que tienes como persona cuando seduces de manera satisfactoria?, ¿hasta qué punto tu vida se desordena cuando cada intento de seducción se convierte en una batalla cuyo más notable resultado es retirarte a tiempo de la contienda?.
De las respuestas que concedas a cada una de las preguntas que te planteo pueden inferirse resultados muy distintos en tu grado de logro y satisfacción. Pero hay un elemento importante que se convierte en común denominador a cualquier respuesta saludable/ecológica/inteligente que puedas plantear para encarar miedos y necesidades convirtiéndolos en aliados de seducción.
Si en cualquiera de las respuestas que te concedas el elemento protagonista está fuera de ti, viene de la otra persona, de aquél o aquella que fue objeto de tu atención e intención, independientemente del resultado obtenido, tienes muchas posibilidades de estar encarando cada acto de seducción como un juicio en el que el veredicto de éxito o fracaso llegue desde el exterior, con lo que supone de incapacidad para erigirte en verdader@ protagonista de la acción.
Si por el contrario te das cuenta de que tú eres el principal artífice de tus miedos: sólo tú eres quien te golpeas con tus lecturas de éxito/fracaso, sólo tú eres quien te sentencia como perdedor cuando supeditas tu logro vital al resultado de cada intento, sólo tu eres quien se declara sol@ si haces de tu percepción una mitad que sólo se convierte en un todo cuando logra la atención de la otra parte; empiezas a tomar consciencia de tu verdadera capacidad e infinito potencial.
Si además, comienzas a entender que con relación a tus necesidades eres tú quien puede convertirse en el verdadero manantial que calme tu sed, en tu principal protector, tu mayor alimento, tu mejor reconocimiento y tu principal fuente de orden y guía, empiezas a estar en el camino del logro. Desde esa nueva percepción, la seducción es más fácil.
Ya no hay éxito o fracaso, miedo o necesidad, logro de un todo o mantenimiento en una mitad incompleta. Todos estos lastres que te impiden SER MÁS LIBRE Y AUTÉNTIC@, se desvanecen. Si eres más tú, es más fácil que irradies esa fuerza que atrae. Si tu diapasón interno vibra armoniosamente contigo y te sientes a gusto con él, es más fácil activar los diapasones de aquéll@s con quienes te vas encontrando.
Simplificando, si empiezas a seducirte más, es más fácil tu papel de seductor. No vende quien no es capaz de comprar su propio producto y si no estás convencido de tu calidad, no encuentras mercado para lo que tú ofreces.
Por tanto, sedúcete,disfrútate y, en el camino, seduce y disfruta. Date permiso y diviértete.
Luis Bueno
100% de acuerdo Luis, esa es la mentalidad. Me ha encantado ese artículo me recuerda muchísimo a la forma que tengo de ver la Seducción y las relaciones.
Gracias por el artículo, me siento muy identificado con él.
totalmente de acuerdo con ambos
Q grande artículo propio de un maestro como Luis Bueno. Efectivamente estoy muy de acuerdo con todo, no se puede ser seductor si no te has seducido todavía a ti mismo y dejas de depender de factores externos para alcanzar la realización personal.
La verdad es que si, no se puede discrepar, para ponerlo en un libro
De lo mejorcito que he leído por esta web!!
enhorabuena a Luis Bueno, da en el clavo una y otra vez con cada párrafo, sienta cátedra!
GRACIAS.
Gracias Luis Bueno,la verdad es que leyendo esto ha cambiado por completo mi perspectiva sobre la seducción, ya que lo solía ver como que tengo que hacer méritos para que la otra persona me acepte, es decir no me daba importancia a mi mismo y ahora me doy cuenta de que primero debo aceptarme, debo seducirme a mi mismo, para así poder demostrar lo mejor de mi a la hora de seducir.